La revolución digital le ha abierto el paso a la firma electrónica como uno de los procesos digitales que llegaron para quedarse.
La revolución digital es un concepto del que se lleva hablando hace ya unos años, que con la pandemia de COVID19, ha ganado cada vez más protagonismo convirtiéndose en una necesidad para esta “nueva normalidad”.
Y con nueva normalidad, nos referimos a lo que hoy catalogamos como obvio o básico y que, hasta hace 3 años, no lo era.
Dentro de esta revolución, hay un elemento que ha hecho una carrera bastante sólida y esta es la firma electrónica. La firma electrónica es un método tecnológico para, tal como su nombre lo dice, firmar digitalmente un documento manteniendo su validez y peso legal. Cada país tiene leyes propias que regulan las firmas electrónicas.
Y lo que sí sabemos, es que es un sistema que llegó para quedarse.
Según las estadísticas de hcmFront -que ofrece servicios integrales de informática e Inteligencia Artificial en Recursos Humanos- durante este periodo el uso de Firma Electrónica ha crecido en más del 100%, por lo que se proyecta que su implementación siga en aumento por parte de las empresas en Chile.
Cada vez son más las personas que utilizan esta metodología, ya sea para sus empresas o para situaciones personales. Además de ahorrar tiempo siendo un proceso rápido y ágil, contribuye al movimiento paperless. Ya que, en vez de firmar en un papel, todo se hace digitalmente.
En TOC Biometrics, creemos firmemente que la firma electrónica es una solución muy eficiente y por esto, tenemos uno de los servicios más íntegros y robustos del mercado en cuanto a firma electrónica y salvaguardamos todos los cumplimientos de leyes, reglamentos y normas.
